Unidad 4:
Genocidios
El magnicidio es un delito internacional que comprende «cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal» estos actos comprenden la «matanza y lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo».
El término fue acuñado y definido por primera vez por el jurista judeo-polaco Raphael Lemkin, que en 1939 había huido de la persecución nazi y encontrado asilo en Estados Unidos. En su libro El poder del Eje en la Europa ocupada publicado en 1944 definió así el genocidio
"La puesta en práctica de acciones coordinadas que tienden a la destrucción de los elementos decisivos de la vida de los grupos nacionales, con la finalidad de su aniquilamiento."
Regulación
nacional del genocidio
Sin embargo, desde el punto de vista nacional, cada
Estado deberá trasponer la tipificación del delito a su propio ordenamiento
penal y establecer las penas a aplicar para cada uno de los comportamientos
sancionados, de forma que los tribunales nacionales puedan castigar
adecuadamente y conforme al principio de legalidad los comportamientos que se
ajusten a la tipificación internacional del delito. Nada impide que, en esa
trasposición al derecho interno, un Estado amplíe la definición convencional,
sea para ampliar el listado de comportamientos sancionables, sea para ampliar
el número de grupos que pueden ser víctimas del delito. De esta manera, España
modificó el artículo 607 de su Código Penal para incluir también a los grupos
determinados "por la discapacidad de sus integrantes" entre quienes
pueden ser víctimas de genocidio. Más lejos ha ido Francia al ampliar la
tipificación en el artículo 211 de su Código Penal, pues ha añadido una
cláusula de cierre que incluye a cualquier otro "grupo determinado a
partir de cualquier otro criterio arbitrario".
Casos de genocidio
Constituye un hito mundial al ser considerada la
primera condena internacional por Genocidio y la primera en reconocer la
violencia sexual como actos constitutivos de genocidio. El Tribunal Penal
Internacional para Ruanda, creado el 8 de noviembre de 1994, en el caso
Akayesu, declaró a un acusado culpable de violación por no haber impedido ni
detenido una violación en su calidad de oficial, y no por haberla cometido
personalmente. El tribunal consideró que la violación constituía tortura y que,
dadas las circunstancias, la violación generalizada, como parte de unas
"medidas dirigidas a impedir nacimientos dentro del grupo",
constituía un acto de genocidio. Por ejemplo, en las sociedades donde la
pertenencia a una etnia está determinada por la identidad del padre, violar a
una mujer para dejarla embarazada puede impedirle dar a luz a su hijo en el
seno de su propio grupo.
Jean Paul Akayesu, antiguo alcalde de la ciudad
ruandesa de Taba, fue arrestado en Zambia el 10 de octubre de 1995 y fue
transferido a la Unidad de Detención del Tribunal en Arusha el 26 de mayo de
1996. El juicio comenzó en junio de 1997 y el 2 de septiembre de 1998 la Cámara
Procesal I lo encontró culpable de genocidio, incitación directa y pública a
cometer genocidio y crímenes de lesa humanidad. El 2 de octubre de 1998 fue
sentenciado a prisión de por vida. Akayasu cumple condena a cadena - perpetua
en una prisión de Malí.
Evolución
histórica de genocidio En la historia han ocurrido muchos genocidios. En el Antiguo Testamento se presenta el genocidio de pueblos enemigos como algo ideal e incluso obligatorio.
"Así, pues, extermina todos los pueblos que YHVH, tu Dios, pondrá en tus manos. No tengas piedad de ellos, ni sirvas a sus dioses para que ellos no sean la causa de tu ruina"
Deuteronomio 7:16
Tenemos, por ejemplo, el genocidio de Moisés contra los madianitas, el genocidio de Canaán realizado por Josue, el genocidio contra los amalecitas ordenado por el profeta Samuel y realizado por el rey Saúl, el genocidio contra los ammonitas realizado por David, el genocidio provocado por Esther contra los persas (Ver: Fiesta del Purim) y otros.
En el Antiguo Testamento también aparecen otros genocidios realizados por judíos. Por ejemplo, la tribu de Benjamin fue casi totalmente exterminada por las demás tribus judías:
"Así todos los que de Benjamín murieron aquel día, fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. Pero se volvieron y huyeron al desierto a la peña de Rimmón seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimmón cuatro meses: Y los hombres de Israel tornaron a los hijos de Benjamín, y pasaron los a cuchillo, a hombres y bestias en la ciudad, y todo lo que fue hallado: asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban."
Jueces, 20,46-48.
En la Edad Contemporánea, debemos citar el genocidio armenio, los genocidios de Stalin, el genocidio de Pol Pot, el genocidio llevado a cabo por los judíos contra el pueblo palestino, y el genocidio blanco perpetrado por el marxismo cultural y el capitalismo plutocrático globalista por medio de ingeniería social, entre otros.
La última dictadura militar argentina
Para comprender la singularidad de la última dictadura argentina (1976-1983) y su particularidad de ser la experiencia más cruenta, en materia de violaciones a los derechos humanos, del Cono Sur de América Latina, es preciso trazar algunas líneas históricas características del siglo XX.
El régimen militar iniciado en 1976 no es una experiencia aislada sino la expresión más álgida de una sucesión de intervenciones militares (1930-1932, 1943-1946, 1955-1958, 1962-1963, 1966-1973). Esta serie de experiencias autoritarias, como una constante propia de la historia argentina del siglo, puede ser explicada desde diversos enfoques y siguiendo distintas dimensiones de análisis. En primer término, quienes se concentran en el funcionamiento del sistema político apelan al concepto de «pretorianismo» para dar cuenta de la alternancia naturalizada entre partidos políticos y militares que, tácitamente, establecen un juego pendular entre autoritarismo y democracia dentro del mismo régimen político. En este esquema, las intervenciones militares no suponen una salida del sistema político sino una posibilidad válida del juego político. La validación de esta alternativa está dada por la «pérdida de fe en la democracia» de la mayoría ciudadana que, entonces, da su apoyo a estas empresas dotándolas de legitimidad (cfr. Quiroga, 2004).
Hacia finales de 1974, el asesinato, por parte de Montoneros, del jefe de la Policía Federal, Alberto Villar, tuvo como resultado político la declaración de Estado de Sitio, a la par que se multiplicaron las detenciones de personas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) llegando a alcanzar la cifra de 5.182 casos al momento del golpe de Estado de 1976 (cfr. CONADEP, 1984: 408). La declaración, en 1975, del decreto-presidencial Nº 261 (05/02/1975), refrendado por el Congreso, ordenando el «aniquilamiento del accionar subversivo» para el territorio de la provincia de Tucumán, apuntó en gran parte a desarticular el foco insurgente del ERP. Medidas, de este tipo, tomadas bajo el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, permitirían la incorporación de las bandas -antes paramilitares- a las filas de una burocracia represiva especializada. El llamado «Operativo Independencia», implementado en Tucumán, ensayaría en una pequeña escala procedimientos de represión clandestina que serían amplificados y perfeccionados durante la última dictadura militar.
Genocidio armenio
El genocidio armenio fue la deportación forzosa y exterminio de un número indeterminado de civiles armenios, calculado aproximadamente entre un millón y medio y dos millones de personas, por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.
La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el día en que las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul; en los días siguientes, la cifra de detenidos ascendió a 600. Posteriormente, una orden del gobierno central estipuló la deportación de toda la población armenia, sin posibilidad de cargar los medios para la subsistencia, y su marcha forzada por cientos de kilómetros, atravesando zonas desérticas, en las que la mayor parte de los deportados pereció víctima del hambre, la sed y las privaciones, a la vez que los sobrevivientes eran robados y violados por los gendarmes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.
Primeros masacres
Durante la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a difundirse, entre los armenios, movimientos de orientación nacionalista. El Imperio otomano, que había debido aceptar en el Tratado de San Stefano la independencia de Rumania, Serbia y Montenegro, además de la semiindependencia de Bulgaria, quería evitar a toda costa la creación de un Estado armenio, previsiblemente favorable a Rusia, al este de su territorio, en la frontera turco-rusa.
Genocidio la shoa
El genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi, bajo el mando de Adolf Hitler, y sus colaboradores. Los asesinatos tuvieron lugar a lo largo de toda la Alemania nazi y los territorios ocupados por los alemanes, que se extendían por la mayor parte de Europa. Entre los métodos utilizados estuvieron la asfixia por gas venenoso, los disparos, el ahorcamiento, los trabajos forzados, el hambre, los experimentos pseudocientíficos, la tortura médica y los golpes. La decisión nazi de llevar a la práctica el genocidio fue tomada entre fines del verano y principios del otoño de 1941 y el programa genocida alcanzó su punto culminante en la primavera de 1942 –desde finales de 1942, las víctimas eran transportadas regularmente en trenes de carga especialmente construidos a campos de exterminio donde, si sobrevivían al viaje, la mayoría eran asesinados sistemáticamente en las cámaras de gas.
Los judíos
Respecto de los propios judíos, fueron varios los impedimentos con los que se encontraron para planificar o idear una resistencia ante las acciones genocidas de los nazis: en primer lugar, su subestimación del peligro que éstos suponían cuando Hitler llegó al poder, esto es, no reaccionaron a tiempo ante la propagación del terror; en segundo lugar, el nazismo se esforzó constantemente en alentar falsas expectativas, ilusionando muchas veces a sus víctimas con la idea de que la sumisión y el trabajo podía ser causa de su salvación; en tercer lugar, que la idea misma del exterminio total resultaba más bien producto de una imaginación enferma que de un plan con alguna posibilidad de hacerse realidad; en cuarto lugar, que la aplicación sistemática de castigos terribles e indiscriminados por parte de los alemanes ante cualquier amago de rebelión ejercía un serio efecto de intimidación; en quinto lugar, que el ambiente antisemita y colaboracionista de muchos de los países europeos (sobre todo de Europa oriental) durante la guerra, hacían muy dificultosa una escapatoria a través de ellos para cualquier judío; y, en sexto lugar, que el grado de agotamiento físico y psicológico de los judíos, en guetos, campos, etc., era de tal envergadura, que dificultaba enormemente cualquier expectativa que fuese más allá de garantizar la supervivencia del día a día.
agradecimiento: agradezco a mi profesora Silvia Ferreira y mi profesora de ana cabral
gracias ellas pude aprender a hacer un blogger de un tema que me intereso muchísimo pude saber mas sobre Perón las agradezco mucho por que también me dieron una idea de como puedo hacer este blogger las quiero
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